domingo, 13 de enero de 2008

Hoy no es un día especial

Lo raro es vivir, que dice doña Cármen. Lo raro, sí; raro como todo, porque el mundo se mueve a un ritmo que no consigo descifrar, y menos hoy, que no tengo ganas de sudokus.
Miro a la carretera con la vista en el tiempo, que hoy sí ha querido salir a correr. Tengo suerte, pienso. Hoy ha sido un día lleno de minutos y de cosas y puedo volver a casa de madrugada escuchando una balada de Héroes del Silencio. Estoy cansado, pero el cansancio me hace sonreír, débil, cálido, al borde del sueño. Es una sonrisa plácida, de esas que se cultivan con paciencia y que calan hasta el pecho, al final del día.
Las tulipas me piden letras; sí, hoy tocaba. Hoy tocaba letras de escritorio solitario, de ‘ahora que duerme la ciudad’. Tocaba letras, pero no podrá ser, porque mañana habla Laudrup y yo tendré una nueva dosis de micrófonos canutazos. Las damas de Kío duermen inclinadas a lo lejos. Los coches siguen circulando por el carril central. Yo, sigo jugando con el freno por debajo de ese radar, el del kilómetro nueve.
Y conduzco casi por inercia. Pienso en la canción, en esa que dice ser la de siempre, la que no sabe cambiar aunque se mude la ropa. Pero yo no creo en esa canción, hoy no. La vida nunca es la misma. Nunca. Al menos para mí, que trato de buscar un ritmo común en esta vida de atascos y festivos. No, la canción no puede ser siempre la misma. Porque son las dos de la mañana y en Madrid no hay turistas, no hay trajes y no hay viejos decorando el sol de la mañana.
Lo cierto es que hoy ha sido un día gris, con llovizna. Mi vida ha tenido sentido, y a estas horas de la noche aún no sé a donde me lleva el lento ritmo de las gotas de lluvia.

1 comentario:

Ana Delgado dijo...

te llevará adonde quieras que te lleve
Eres un chico con suerte ;)
Bonita foto