lunes, 25 de enero de 2010

Soy

Yo sólo soy el chico al que no quieres mirar de frente. Un hombre, se diría; cinco lustros de risa floja y tempestades. Un niño envejecido, con los pies quemados y los ojos negros, muy pequeños, inválidos ya para cualquier disfraz.

Dulce disfraz. Me crees pequeño y lejano, y yo no entiendo por qué no soy capaz de abrir mis alas a tu lado. Me crees cobarde y yo me pienso a veces un Quijote imbécil, a lomos del más bello corcel, ciñendo la más regia coraza… y me menguo; me hago un loco que conjura con el viento la manera de domar la luna y las estrellas, para exprimirlas, para dártelas a respirar.

Pero yo sólo soy un hombre, un vividor. Porque vivo cuanto puedo mientras tú me llamas desde algún altar, y porque vivo más allá del aliento que me dejas respirar. Soy carne y soy piel, soy ese calor en el que me intuyes cuando quieres verme, cuando me quieres ver. Soy el que espera al sol que barrerá tu sombra; soy el capullo agazapado, iluso de una primavera en flor que arranque los colores a este lienzo pálido, triste y sin ningún final.

Yo no soy un MI menor. No soy el lápiz que escribe en el pasado. No soy el ring donde pelear con el fantasma de la navidad. Soy un deseo no lejano y miles de historias por contar. Soy sólo el chico al que a veces no quieres mirar.