miércoles, 4 de junio de 2008

cine - Hierro 3, la postal de amor perfecta

Tae-Suk es un espectro. Uno amable, de esos que te lavan la ropa y que te dejan regalitos debajo de la almohada. Él no tiene, no vive y no habla, quizás porque en oriente la palabra tiene un significado demasiado importante para gastarla en vacíos y puntos suspensivos.
En Oriente… Quizás en oriente el espacio tenga también otra forma de vestir. Quizás… quizás por eso Kim Ki Duk nos regala fotografías de azul, tiempos varados en soledad, cuadros de Friedrich posados sobre una historia, rara y apasionante, sin llegar a rozar si quiera la pasión. Extraño, ¿verdad?
El director nos acoge en su mundo de planos perfectos, nos acuna con paciencia en su tiempo acompasado, suave y cálido, a ritmo de balada instrumental, y nos acaba imponiendo este sueño de amor, juego y mentiras piadosas.
Es entonces cuando Tae-Suk deja de ser un coreano indigente, cuando Sun-Hwa ya no parece fea, ajada y cobarde por el mundo. Es cuando las sombras, las caricias y el silencio se convierten en un sueño feliz, templado y mentiroso. Lo imposible se transforma en imagen y la música, que ya no deja de cantar, se convierte en lo único que merece la pena escuchar.


'Hierro 3' (Bin-jip) - Kim Ki-Duk - palma de plata al mejor director en Festival de Venecia 2004