lunes, 15 de octubre de 2007

Es un beso

O más que eso. No sabría describirlo, por mil veces que entrara por mis labios. No sabría pensarlo, recordarlo si quiera. Hay cosas que están hechas sólo para ser vividas, igual que las hay que lo están para ser mentidas entre jarabes y ron. El beso no, el beso no se puede contar, por mil palabras que lo intenten.
Y lo intentan, claro… ¿cómo empezar?... Diría que fue una noche gris, como todas, cargada de luces. Diría que fue, porque el beso es siempre singular, aunque se haya vivido demasiadas veces. Quizás sea por ese afán de eternidad, ese imposible, el misticismo de lo divino. Sí, será por eso…, por eso que, como los ángeles, cada beso completa su especie.
Diría, entonces, que fue una noche gris. Una noche, porque se necesita tener al corazón sin guardia. Y gris, porque el beso no deja espacio a los colores, igual que el sueño. Nada hay de rojo ni de verde, no hay blanco, porque el beso se encarga de que todo sentido, en un minuto, claudique bajo los labios.
Diría que el beso fue con Ella, ¿no?, con mayúsculas. Pero todo sería inútil porque las letras no valen para hablar de ella, ni de la otra ella, ni de ninguna ella que haya tenido la bondad de regalarse bajo un beso. Ella siempre fue ella, igual que el beso. Nada más. El beso no deja espacio a los pensamientos.
Diría muchas cosas, como siempre, pero todo sería un poco de verdad y un poco de mentira. Diría que el tiempo murió, que la calle quedó abandonada por el mundo, que una discoteca dejó de sonar, que la lluvia suspendió sus carcajadas. Diría que fuiste tú la que me lo diste. Que tiempo atrás del beso miraste a mis ojos buscando un anhelo de correspondencia. Que me tocaste en algún lugar, en alguna ropa que hoy no recuerdo. Diría que sonaba Bob Dylan, con sus vientos. Diría que fui feliz. Diría que tú lo pareciste. Diría que te amaba. Diría que todo fue eterno durante diez segundos. Diría que no había nada que decir porque los labios estaban ceñidos a lo importante. Diría muchas cosas, pero nunca jamás podría decir nada de aquel beso.