El tiempo ha pasado por allí. Y parece increíble. Otra vez él, el puto reloj que todo lo barre y lo vuelve a ordenar donde nunca puedas encontrarlo; donde algún día, aparezca sin saber dónde ni cómo nacieron las cosas que te hicieron grande. Él ha pasado por mi infancia y todo parece ahora condenado a ser diferente. Sí. Mi país de Nunca Jamás, al fin, ha dejado crecer a los niños perdidos.
lunes, 22 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
todo cambia, nada permanece
pero siempre podremos mantener la esencia en nuestro recuerdo...
anónimo=Ana
(esto del blog veo que aún tiene sus fallos,no me dejaba escribir mi nombre)
Publicar un comentario